El fenómeno, que no se esperaba, luego de conocerse los mínimos incrementos registrados en otras latitudes, causó pánico entre los residentes que nuevamente revivieron la pesadilla del 27 de febrero de 2010. Afortunadamente, no se registraron víctimas ni heridos, toda vez que el gobierno había dispuesto la evacuación de todas las personas que estuvieran en sectores inundables. En la localidad de Corral, el mar entró aproximadamente 100 metros, aunque de forma lenta y sin fuerza, afectando solamente un jardín infantil, en ciudades como Coquimbo, el aumento del nivel de marea generó olas que impactaron el borde costero, principalmente los balnearios de Playa Peñuelas y Playa Changa. En la ciudad de Los Vilos, región de Coquimbo, localidad que no sufrió daños durante el terremoto de Chile de 2010, el mar se desbordó en al menos dos puntos de la costanera arrancando letreros municipales y de la gobernación marítima. Si bien la zona no estaba comprendida en el plan de emergencia y la autoridad no decreto medidas de resguardo especiales, la falta de turistas en la zona evitó daños a las personas.
El resto de localidades de Chile no sufrió mayores complicaciones, aunque en varias localidades se detectó el aumento del nivel del mar, donde durante horas se registraron cambios bruscos en el nivel del mar.
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